Los gestos son una parte fundamental de la comunicación no verbal. Nos proporcionan información muy valiosa sobre la forma de ser de una persona, sus intenciones o estado de ánimo.  También nos permiten gestionar mejor las conversaciones. Incluso nos ayudan a ordenar las ideas en nuestra cabeza, y nos permiten hablar de forma más elocuente. Aprender a identificarlos resulta más fácil siguiendo esta sencilla clasificación, establecida por los psicólogos norteamericanos Ekman y Friesen en 1969.  Los agruparon en 5 tipos de gestos diferentes. A continuación te muestro cómo distinguirlos, y cuál es su influencia en la comunicación no verbal. Las imágenes que los ilustran pertenecen a la popular serie House of cards (Netflix, 2013), protagonizada por Kevin Spacey y Robin Wright, un thriller inspirado en la cara más perversa del poder político.

1. Gestos emblemáticos

Los gestos emblemáticos tienen una traducción verbal concreta sin necesidad de pronunciar palabras, un significado previamente acordado en una cultural o grupo. Uno de los más populares y universales es la típica señal con el puño cerrado y el pulgar hacia arriba, para indicar que todo va bien. Otros gestos emblemáticos tienen un alcance más limitado en función de la cultura, como llevar la mano a la sien para saludar o colocarla en el pecho como expresión de respeto al oír el himno nacional.

Gestos emblemáticos

2. Gestos ilustradores

Los gestos ilustradores son los que acompañan el discurso, forman parte del mismo y lo enriquecen. No solo enfatizan las palabras, sino que nos ayudan a ordenarlas en nuestro cerebro. Están estrechamente asociados a la autenticidad. Se disparan de forma automática, unas milésimas de segundo antes que las palabras a las que van vinculados. Forman parte de nuestra personalidad, por lo que debemos tener mucho cuidado a la hora de cambiarlos intencionadamente para no resultar artificiales.

Gestos ilustradores

3. Gestos reguladores

Los gestos reguladores son los que utilizamos para facilitar el flujo de la conversación y para interactuar con los demás. Con ellos indicamos, por ejemplo, que hemos terminado de hablar o que esperamos una respuesta. Asentir con movimientos afirmativos de la cabeza, ofrecer la mano para saludar, o levantarla para frenar la conversación de nuestro interlocutor, son gestos reguladores frecuentes.

Gestos reguladores

4. Gestos adaptadores

Los gestos adaptadores son aquellos movimientos que realizamos tocando nuestro propio cuerpo o manipulando algún objeto, como ajustarnos los puños de la camisa o llevarnos la mano a la boca. Están vinculados fundamentalmente al manejo de las emociones. Se incrementan con la tensión y el estrés -como los típicos tics nerviosos-. También nos sirven para controlar o disimular nuestro estado emocional, o para ayudarnos en la concentración.

Gestos adaptadores

5. Gestos afectivos

Los gestos afectivos también están vinculados a las emociones, pero se diferencian de los adaptadores por su papel en la socialización: nos sirven para comunicar a los demás nuestros sentimientos. Se aprecian fácilmente por las expresiones faciales que los acompañan, y por las posturas corporales de acercamiento. Las caricias y los abrazos son dos buenos ejemplos de gestos afectivos.

Gestos manifestadores de afecto

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