La expresión facial de desprecio en la comunicación no verbal

El truco para reconocer correctamente el desprecio está en el típico hoyuelo, formado en una sola de las mejillas cuando los labios se retraen hacia un lado de la cara. El problema está en que no siempre se aprecia con claridad, sobre todo si la microexpresión es leve y rápida. Por eso hay que prestar mucha atención a la simetría en los labios de nuestro interlocutor cuando nos habla o nos escucha.

Por experiencia, te aconsejo aprender a identificar primero el movimiento en fotografías y luego en vídeos (el futbolista Ronaldo suele ofrecer un buen repertorio…). Una vez interiorizado el entrenamiento, te llamarán mucho la atención cuando observes la expresión facial de desprecio en persona. Saltarán como señales de alarma. En mi caso, los ojos se van solos cuando pillo una. Es un movimiento muy llamativo.

Ah, y una cosa, el desprecio también puede aparecer simultáneamente con el asco. En ese caso los labios no estarán del todo cerrados. Verás una pequeña apertura en la comisura retraída, como consecuencia del ascenso del labio superior y la activación del pliegue nasolabial. Lo vimos en la anterior entrada sobre el asco, aunque en este caso el movimiento (AU 10) no es simétrico, sino en un solo lado de la cara.

El psicólogo Paul Ekman asegura que es difícil concretar una función para el desprecio, más allá de señalar el sentirse superior, de no necesitar adaptarse o tomar parte en algo. Lo que está claro es que el desprecio expresa el poder y estatus que esa persona cree tener sobre ti, o sobre tu conducta. Reconocerlo cuando se filtra inconscientemente, o cuando se intenta ocultar, puede resultar muy ventajoso a la hora de establecer nuestras estrategias de comunicación frente a los previsibles conflictos.

A diferencia del asco, el desprecio no lleva implícita la necesidad de alejarse del estímulo que lo provoca, con lo cual las vías de comunicación siguen abiertas, aunque muy deterioradas, claro está. Tendrás que emplearte a fondo para resolver la situación.

Emocionalmente, podría decirse que el desprecio se mueve entre el asco y la ira. La persona no llega a enfadarse, ni a experimentar repulsión, pero está molesta y siente desdén.

El desprecio puede alternarse de forma consecutiva con la ira, incluso con el asco. El problema surge cuando coinciden en el tiempo. Desprecio, ira y asco es la combinación de emociones más peligrosa para tu integridad, y puede anunciar un inminente episodio de violencia verbal o física.

Si encuentras el desprecio, el asco y la ira de forma simultánea en la cara de tu interlocutor, ¡mucho cuidado! Quizás sea el momento de tomar precauciones y eludir a toda costa el más que previsible conflicto.

Y como esta es la última entrega de la serie que venimos dedicando a las expresiones faciales de la emociones básicas, te invito a repasar los anteriores post y a ensayar cómo sería esa amenazadora expresión.

Es un buen ejercicio para empezar a entrenar tus habilidades. ¡Ánimo!