El truco para reconocerla: las arrugas horizontales en la frente

La tristeza es una de las cinco emociones básicas de valencia negativa, junto a la ira, el miedo, el asco y el desprecio. Recuerda que solo una de las emociones innatas y universales es positiva, la alegría; y la otra es neutra, la sorpresa. Siete en total. La tristeza es una emoción de larga duración, lo cual facilita su reconocimiento. Más allá del campo de la comunicación no verbal, si la tristeza se prolonga de forma excesiva puede conducirnos la melancolía y en casos extremos a la depresión.

Las tres unidades de acción más características de la tristeza son la elevación de las cejas hacia el interior (AU1), la caída de las comisuras de los labios (AU15), y la subida del mentón (AU17), como se aprecia en la ilustración que Lara Romero ha realizado en exclusiva para nuestra web.

En ocasiones, la tristeza también puede expresarse con las cejas hacia el centro sobre la nariz, especialmente si la tristeza va acompañada de dolor moral. También son típicos de la tristeza los párpados superiores caídos, la mirada baja o mirada perdida, y los ojos vidriosos por el exceso de secreción lagrimal.

Recuerda que existen hasta cinco niveles de intensidad para medir la activación emocional en la cara, según catalogó Paul Ekman en sus sistemas de codificación (FACS/EMFACS):

A B C D E
Sutil Leve Pronunciado Severo Máximo

Como comentamos en anteriores artículos, en los dos primeros niveles A y B el movimiento no siempre se aprecia con facilidad, debido a que la emoción puede estar empezando a producirse, puede ser de baja intensidad o estar atenuada intencionadamente. De ahí la importancia de entrenar la capacidad de observación en el reconocimiento de las expresiones faciales.

A partir del tercer nivel, C, D y E, las arrugas y marcas se pronuncian mucho más en la piel, con lo cual la emoción resulta más evidente y fácil de identificar en el rostro.

Cómo reconocer las 7 emociones básicas en la comunicación no verbal

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¿Qué hace que se disparen las emociones? ¿Es posible controlarlas? ¿Por qué unas veces somos más susceptibles que otras? ¿Por qué algunas personas saben enmascarar sus emociones y otras no pueden ocultarlas? Las emociones desempeñan un papel vital en nuestras relaciones con los demás y Paul Ekman nos invita a realizar un viaje fascinante a través de ellas: nos explica cuándo y por qué expresamos lo que sentimos, qué cambios se producen en el interior de nuestro cuerpo y qué señales emitimos a través del lenguaje de los gestos y de la voz.

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