La observación del comportamiento no verbal es una tarea relativamente sencilla. De hecho, nuestro cerebro la realiza constantemente sin que nos demos cuenta. Funciona como esos programas del ordenador o del teléfono móvil, que siguen operando en un segundo plano mientras concentramos el interés en otra aplicación.

El procesamiento del comportamiento no verbal tiene mucho que ver con la intuición, y con esas corazonadas o pálpitos que a veces nos producen algunas personas al verlas por vez primera, sin que sepamos muy bien cómo explicarlo.

Tras el consabido “no sé, pero tiene algo que no me termina de convencer”, suele esconderse alguna incongruencia entre su conducta verbal y no verbal: un pequeño gesto, una microexpresión, algún detalle de su apariencia, alguna sutil señal captada por nuestro inconsciente, y procesada en un punto de  nuestro cerebro que no tiene acceso al lenguaje articulado. De ahí que no encontremos el concepto, o que nos fallen las palabras para definir la extraña sensación experimentada en ese momento.

Por lo tanto, lo primero que debemos hacer para observar correctamente la comunicación no verbal es ponernos en modo activo, traer al plano consciente el lenguaje corporal: observar y analizar el comportamiento de los demás de manera intencionada, poniendo en ello los cinco sentidos y hasta sexto quien lo tenga.

Y no vale hacerlo de cualquier forma. Tiene su aquel, su lógica y su secuencia: primero hay que reparar en el detalle, luego en el conjunto, y después en el contexto. Y cuando tengamos todo eso claro, ponerlo en conexión con el discurso verbal.

Así, en abstracto, parece más difícil de lo que es.

En mis cursos suelo mostrar como ejemplo la siguiente secuencia de imágenes, que lo explican muy bien. En realidad, es una sola fotografía sobre la que iremos abriendo el zoom.

  • El detalle: el gesto emblemático de los cuernos, interpretado en algunas culturas como un icono satánico.

Gesto emblemático de los cuernos, interpretado en algunas culturas como un icono satánico

  • El conjunto: el autor del gesto es nada menos que el papa Francisco, su expresión facial es de diversión y su postura corporal de apertura.

el autor del gesto es nada menos que el papa Francisco, su expresión facial es de diversión y su postura corporal de aproximación

  • El contexto: la acción transcurre en un escenario junto al cardenal de Manila, quien le enseña a saludar a un grupo de sordos (el gesto significa «te amo» en la lengua de signos).

El cardenal de Manila enseña al papa a saludar a un grupo de sordomudos

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Consultor de comunicación, experto en análisis y máster en Comportamiento No Verbal por la Universidad Camilo José Cela y la Fundación Universitaria Behavior & Law. Miembro de ACONVE y de la Asociación de la Prensa (FAPE-FIP). Fundador de analisisnoverbal.com.